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Algunos de los productos que consumimos se convierten en residuos, los cuales terminarán probablemente en un vertedero controlado. Ahora bien, los residuos que son depositados en un vertedero pierden sus posibilidades de reutilización. La primera alternativa en la gestión de residuos es el reciclaje, dar a los residuos el valor que les corresponde y utilizarlos como materia prima para la fabricación de productos nuevos. El reciclado supone un ahorro de recursos, una reducción en el uso de energías y racionalización del uso de los recursos. Otra alternativa tan importante como la primera es la recogida selectiva de los residuos. Para aprovechar y reciclar los residuos es necesario realizar una recogida selectiva de los mismos, es decir, la separación de las basuras desde sus lugares de utilización. Separando las basuras y depositándolas en los contenedores específicos se consigue reducir de manera considerable el impacto ambiental. La colaboración ciudadana es imprescindible para lograr que los residuos tengan un final productivo. Con la participación de todos y cada uno de nosotros se puede solucionar el problema. Es necesario informar a la población para modificar los comportamientos, pero la información debe ir acompañada de sensibilización y de actividades concretas encaminadas a incorporar actuaciones de participación ciudadana en la recogida selectiva de la basura. Pero ¿Qué hay en la basura? La composición media de la basura es aproximadamente la siguiente:
Como se aprecia en la tabla parte de lo que desechamos no es en realidad basura. Son diferentes materiales que se pueden aprovechar (vidrio, papel, plástico, metal, textil,...), que son valorizables y que se siguen tirando a la basura. Los materiales susceptibles de ser reciclados son:
Las ventajas ecológicas y económicas de reciclar el vidrio son muchísimas: - Empleando vidrio reciclado se necesita menos energía para fabricar los nuevos objetos. - Con el vidrio reciclado no se necesita extraer la materia prima. - Al reciclar el vidrio hay menos residuos en los vertederos, se ahorra en su tratamiento.
Lo que debemos hacer es lo siguiente: - Recogida selectiva de papel en su contenedor correspondiente. - Facilitar el proceso de reciclado quitando aquellos elementos de plástico u otros materiales que puedan entorpecerlo. - El papel de celofán es altamente contaminante, ya que se necesita mucho cloro para su fabricación. - Utilizar siempre que se pueda papel reciclado, sin despilfarrar éste. - Debemos rechazar los productos que están sobreempaquetados.
Se obtiene del mineral de bauxita. En la actualidad se están investigando sistemas de recogida y reciclado, puesto que es uno de los productos más caros que ocupan las bolsas de basura. Además, el reciclado de este material consigue obtener un 95% de la energía utilizada en su producción.
El reciclado de este material es muy común en la industria siderúrgica y es además muy fácilmente recuperable. Aún así, apenas se recupera el 20% de lo utilizado. Cuando se consigue reciclar una tonelada de chatarra, habremos ahorrado 1,5 toneladas de hierro, un 40% de agua y hasta un 70% de energía.
El contenido aproximado en metales tóxicos de pilas y acumuladores son:
Ya se comercializan las pilas salinas, y más recientemente las alcalinas, sin contenido en mercurio. Una pila botón, una vez gastada, si se abandona, puede perder su hermetismo, liberar el mercurio que contiene y en contacto con el agua , formar metilmercurio, de gran poder contaminante para el medio ambiente y para el hombre. Una pila botón, de sólo dos gramos puede llegar a contaminar 600.000 litros de agua. De nuevo el comportamiento de los ciudadanos es muy importante, ya que el problema se reduce considerablemente si colocamos las pilas usadas en contenedores específicos bien situados en las calles, o en los pequeños contenedores situados en el interior de las tiendas que venden pilas. Lo que debemos hacer es: - Observar la composición de las pilas y comprar aquéllas con menor contenido en cadmio y mercurio. - Depositar las pilas en los contenedores especiales. - Utilizar siempre que sea posible pilas recargables, ahorramos dinero y contaminamos menos. Residuos radiactivos Los residuos radiactivos son los más peligrosos y problemáticos porque aunque se guarden en tanques o depósitos especiales tardan miles de años en desactivarse. Precisan un tratamiento aparte y su destrucción (incineración controlada con garantías) o su enterramiento en depósitos de seguridad, en emplazamientos especiales que impidan fugas o la entrada de aguas naturales. En un futuro a corto plazo es necesario reducir al máximo este último tipo de residuos. |