EL VIENTO

La presión atmosférica varía de un modo notable en un plano horizontal, una vez reducida a un nivel altitudinal común, sea el del nivel del mar. Las variaciones tienen como causa el desigual calentamiento de las distintas partes de la superficie terrestre.

Estas variaciones horizontales de presión sobre la superficie suponen un movimiento compensatorio que desplaza el aire desde las zonas de mayor presión, anticiclones, a las de menor presión, borrascas. Este es el origen del viento, que es el movimiento del aire en sentido horizontal para compensar las diferencias de presión horizontales.

Molino situado en Menorca

Este movimiento se produce de una forma esquemática así:

- Los vientos soplan de las altas presiones a las bajas presiones. Los anticiclones emiten vientos, son por tanto, el nivel del suelo, centros de divergencia de vientos. En los anticiclones en altura nace una corriente descendente para reemplazar al aire que se escapa del anticiclón. Este movimiento de compresión mantiene las fuertes presiones y un cielo puro. Inversamente las borrascas atraen a los vientos, son, por tanto, al nivel del suelo, centros de convergencia de vientos; en altura nace en ellos una corriente ascendente. Las borrascas funcionan como chimeneas de buen tiro por las que asciende el aire. por eso mismo facilitan el enfriamniento de las masas de aire y la formación de nubes y lluvia.
Se establecen células de circulación del viento en las que todo anticiclón en superficie tiene una borrasca en la vertical y toda borrasca un anticiclón.


Aquí se aprecian los movimientos horizontales y verticales de las masas de aire asociadas a los centros de alta y baja presión, en superficie y en altura.

La velocidad del viento depende de la diferencia de presión entre anticiclones y borrascas. En la atmósfera las isobaras muy próximas entre sí indican que un anticiclón y una borrasca muy vigorosas están próximas: la pendiente barométrica o gradiente, consecuencia de la diferencia de presión, es entonces muy fuerte; por tanto, el viento soplará con violencia. Conclusión: será tanto mayor cuanto más juntas estén las isobaras (mayor gradiente de presión), y menor, cuando las isobaras estén más separadas.
El gradiente se mide en mm de mercurio o en mb por grado de meridiano (111 km)

Se aprecia que en el dibujo de la izquierda la pendiente que representa el gradiente es fuerte: 10 mm por sólo 111 km. A la derecha, la pendiente es suave, 10 mm por cada 555 km. Por tanto, el primer dibujo representa una zona con vientos fuertes, en contraste con la segunda, que son vientos moderados.

La dirección del viento se entiende el punto del horizonte de donde procede. Así, un viento tiene dirección noroeste (NW), si viene de ese rumbo, dirigiéndose hacia el opuesto, el sudeste. La dirección se expresa en los rumbos, 8 ó 16, usualmente, de la rosa de los vientos. También en medidas más precisas, se expresa con el azimut del punto del horizonte de donde viene, o ángulo, en grados, en sentido horario, entre el norte geográfico y dicho punto. Un viento del NW es equivalente a un viento de 315º.
La dirección de los vientos no depende solamente de la posición relativa de las áreas de alta y baja presión, sino que está también condicionada por los efectos de la rotación terrestre: el viento se desvía como cualquier otro cuerpo en movimiento hacia la derecha del sentido de su marcha en el hemisferio Norte y hacia la izquierda en el hemisferio Sur. En el hemisferio Norte los vientos giran en el sentido de las agujas del reloj alrededor de un anticiclón y en el sentido inverso, alrededor de una borrasca.

Clases de vientos


Los vientos según su origen y localización se pueden clasificar en:

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Constantes
Son vientos de origen dinámico que configuran la circulación general de la atmósfera en los grandes anillos atmosféricos. Unos de los ejemplos más típico son los vientos alisios, que de manera constante se dirigen hacia el ecuador desde las regiones subtropicales.

Periódicos

Son vientos de origen casi exclusivamente térmico que de manera periódica aparecen en una zona determinada. Pueden tener un carácter estacional o diario.

Estacionales.
Como los monzones del sur de Asia.
Se deben a la gran diferencia calorífica entre la zona continental y los mares adyacentes.
Durante el verano, el continente se calienta, y los vientos fríos y húmedos procedentes el mar tienden a compensar el vacío de presión, aportando grandes lluvias.
En invierno sucede lo contrario, el viento sopla desde el continente hacia el mar.
Diarios
Como las brisas térmicas que se dan en las zonas costeras.
Durante el día las tierras se calientan más rápidamente que el mar, por lo que al aire experimenta un movimiento ascendente, siendo reemplazado por aire fresco y húmedo que procede del mar.
Durante la noche las tierras se enfrían más rápidamente que el mar y se invierte el sentido de la circulación.
Lo mismo ocurre en las laderas de las montañas: el valle actúa como el mar, y la cima como las tierras.

Características del ciclo de la brisa: por la mañana la temperatura es más o menos uniforme y los vientos son flojos. Después, al calentarse el aire sobre la tierra se establece la circulación de la brisa de mar. Cuando el aire de tierra se enfría, al atardecer, cesa la brisa de mar y se desarrolla una suave brisa de tierra.
Locales Son vientos particulares que dominan en un lugar determinado, cuyo origen puede ser dinámico o térmico.
El cierzo en Aragón, la tramontana en Cataluña... el bora en el Adriático, el mistral del valle del Ródano, el foehn en Suiza...
Hay muchísimos nombres de vientos locales conocidos por sus nombres, pero tienen poco interés a nivel meteorológico, salvo en las descripciones locales

Aparatos que miden la dirección y la velocidad del viento

La dirección el viento la señala la veleta, que consta de un eje vertical con una pieza perpendicular, de diversas formas, que puede girar libremente alrededor del primero. La pieza perpendicular suele acabar, por un extremo, en una punta de flecha o en una forma aguda y, por la otra, en una o dos piezas planas o aletas (el peso de ambos brazos debe ser el mismo). Al soplar el viento, la pieza perpendicular gira hasta colocarse en la posición en la que presenta menos resistencia al aire, es decir , ofreciéndole el extremo agudo. Por tanto, la veleta señala la dirección de donde procede el viento- y no hacia donde se dirige- es decir, la dirección del viento definida anteriormente.
La veleta es conveniente situarla sobre un mástil a 10 m sobre el suelo, para mitigar el frenado y la turbulencia producida por la superficie en los flujos de aire.

La velocidad o fuerza del viento se mide con los anemómetros. Existen dos tipos principales: lo de recorrido y los de presión.
Entre los primeros el más usual es el de cazoletas. Consta de un eje vertical provisto de tres bazos perpendiculares a él, dispuestos formando ángulos, entre cada dos consecutivos, de 120º, que llevan en su extremo, unas semiesferas huecas o cazoletas, con sus bordes verticales y marcando un mismo sentido de rotación. El viento al soplar, hace girar los citados brazos, cuyas vueltas quedan registradas en un contador traducidas a metros, o recorrido del viento, que corresponde al espacio que ha recorrido una partícula de aire.
El recorrido en 24 horas es, precisamente, un registro eólico de interés meteorológico
Al igual que la veleta, con el fin de mitigar el frenado y la intensa turbulencia causados por el suelo y sus elementos conviene instalar el anemómetro a 10 m sobre él.
La velocidad del viento en el Sistema Internacional se expresa en m/seg, sin embargo también se utiliza km/h y los nudos (kt).


1 nudo = 1,8 km/h

1 nudo = 0.5 m/s