ATMÓSFERA PROTECTORA

La atmósfera filtra los rayos solares y retiene el 57 % de su energía por término medio. Pero por diversas razones - mayor o menor espesor de la capa de aire, contenido de vapor de agua - la eficacia del filtro atmosférico no es uniforme en toda la superficie terrestre y esto tiene grandes consecuencias: Si los rayos solares son muy oblicuos (como sucede cuando el Sol está muy bajo sobre el horizonte), pierden más energía que los verticales, que atraviesan un espesor menor de atmósfera antes de tocar el suelo. Por otra parte, el aire húmedo es más opaco a los rayos solares que el aire seco.

La mayor parte de las radiaciones que llegan al suelo penetran en él y elevan su temperatura. Desde el suelo, el calor pasa a las capas inferiores del aire, que, poco a poco, se van recalentando y ascienden. El calor que el suelo recibe no se disipa por entero, ya que el vapor de agua contenido en el aire se opone el enfriamiento por irradiación.

La atmósfera amortigua las variaciones de temperatura en la superficie del globo, porque hace más lento el calentamiento y el enfriamiento de la misma. Así se entiende por qué las variaciones de temperatura son mucho más bruscas en las altas montañas (donde el espesor de la atmósfera es menor) que en las zonas bajas, y en los desiertos (donde el aire es muy seco) que en los países húmedos.

Consultar: Funciones de la atmósfera*