«Que JESÚS haga presente su PAZ y su LUZ en el mundo»

Cuentos de Navidad 13



Botón

El mejor sueño de Navidad

Los ángeles de la Navidad

Bolita

La magia de la Navidad

La ilusión de un niño

Las figuras mágicas

El Niño Jesús en Ikea

Las mejores Navidades


 

 


Arriba


Botón

María estaba de vacaciones, salió a la calle del brazo de BOTÓN... ¡Su amigo de nieve!

Le había hecho el día anterior en su jardín, estaba muy orgullosa y ya eran buenos amigos.

- ¿Qué pasa María?- le preguntó BOTÓN.

- ¿Por qué hay un árbol en el centro de la ciudad con luces y bolas de colores?

- ¿Y por qué huele a castañas?

- ¿Y por qué hay padres con tantos regalos?

-¿Por qué cantan los niños como tú canciones tan bonitas?

- ¡Parece un día mágico!

María le sonrió, le miró su nariz de botón y le dijo... ES NAVIDAD.

Ángela C. 3º B EPO


Arriba



El mejor sueño de Navidad


Era una mañana fría de invierno. Me desperté.
Había tenido un sueño fantástico. En él aparecían mis amigas: Adelina, Jimena, Paula, Leyre, Marta y yo.

Salimos a comprar tantas cosas que no nos dábamos cuenta de que había una niña triste que no tenía dinero para comprarse nada. Jimena nos dijo:

- Chicas, somos unas privilegiadas porque tenemos demasiadas cosas, muchas de ellas nos las utilizamos.

A Adelina se le ocurrió una idea:

- Podemos ayudarla dándole las cosas que no nos sirven.

Paula le dio una barbie con la que ya no jugaba; Jimena le dio un vestido que le regalaron por su cumpleaños que ya no le valía; Marta unos zapatos preciosos; Leyre una manta con la que poder arroparse y yo, unos guantes que no me gustaban.

Adelina no encontraba nada que regalarle. Su madre le dijo:

- Tú tienes mucho amor en tu corazón. Puedes darle un poquito.

Cuando me levanté me dirigí donde mis padres y les pregunté si podíamos dar un paseo. Tenía un presentimiento. Sabía que algo bueno iba a ocurrir.

En la calle me encontré con la niña que había aparecido en mis sueños y me di cuenta de que mi sueño era real y el de aquella niña también, porque era una niña alegre, con mucho AMOR Y FELICIDAD.

Lucía E. 3º B EPO

 


Arriba

 

Los ángeles de la Navidad

En un pequeño pueblo de la provincia de Soria, muy cerca del Cañón de Río Lobos, todos los años se reunían los niños para montar el belén. Lo colocaban en el pórtico de la iglesia para que el día de Navidad lo viesen todas las personas del pueblo.

Ese mismo día todos los niños iban por las casas pidiendo el aguinaldo y por la tarde celebraban una gran merienda.

Ese 24 estaban muy contentos porque les había quedado genial. Se estaban despidiendo para irse a cenar a sus casas, cuando de repente vieron que se acercaba un hombre con una pinta muy extraña.

- ¿Qué hacéis ahí?, ¿dónde duermo yo esta noche, si habéis ocupado el pórtico con ese belén? ¡Fuera de aquí!

Los niños se asustaron mucho pero decidieron esconderse para espiarle. Le oyeron gritar:

- ¡Fantasmas! ¡Hay fantasmas! ¡Socorro!

Los niños se acercaron para ayudarle y uno de ellos le invitó a cenar.

El hombre misterioso aceptó porque tenía mucho miedo.

En casa de esa familia recordó la felicidad que vivía en Navidad cuando era pequeño. Se dio cuenta que los fantasmas eran ángeles que estaban enfadados por su comportamiento y a pesar de que era pobre había gente dispuesta a ayudarle. A partir de ese día todo cambió. Un vecino le dejó una casa donde vivir y otro le dio un trabajo. Y ese hombre misterioso vivió feliz en ese pueblo de Soria.

Íker B. 3º B EPO



Arriba

 

Bolita

Había una vez una bola de Navidad llamada Bolita. Casi siempre estaba triste, porque pasaba todo el año en una caja de cartón.

Un año, la familia plantó un pino en el jardín y lo decoraron porque era Navidad.

Bolita estaba muy contenta porque por fin había salido de la caja y podía estar al aire libre.

Cuando la familia de la casa se fue de vacaciones, todos los adornos del árbol aprovecharon para jugar y pasarlo muy bien, saltando de rama en rama.

Cuando se acabó la Navidad todos los adornos se recogieron y regresaron cada uno a su caja. Bolita ya nunca más se sintió triste aunque estuviera en la caja de cartón porque había hecho muchos amigos para jugar.

Juan San M. 3º B EPO


 


Arriba




La magia de la Navidad

¡Hola! Me llamo Enma, tengo ocho años y os voy a contar las mejores navidades de mi vida.

Como todos los años estábamos preparando las maletas para ir a casa de los abuelos. Llevábamos dos horas de camino cuando comenzó a nevar copiosamente, no veíamos el camino. El coche se paró y el teléfono no funcionaba. ¡Qué desastre!

De pronto apareció un hombre llamado Jesús que nos ayudó. Nos llevó a una pequeña cabaña donde nos dieron chocolate y entramos en calor.

Yo estaba triste, pensaba qque iban a ser las peores navidades de mi vida.

Pasó el tiempo, mis hermanas Martina y Luna fueron haciendo amigos y yo también. La noche de Reyes no podía dormir. Oí un ruido en la cocina y bajé. ¡Estaban los Reyes Magos! Les dije que si por favor me llevaban a casa de los abuelos, pero no me contestaron, así que me fui a la cama y me dormí.

A la mañana siguiente nos despertamos en casa de la abuela. ¡Mi deseo se había hecho realidad!

Marta M. 3º B EPO



Arriba




La ilusión de un niño

Érase una vez un niño que no creía en la Navidad, debido a que la vida no le había tratado del todo bien.

Desde que tenía dos años vivía en un orfanato y nunca había recibido cariño de nadie.

Estaban sus compañeros y profesores decorando el colegio con adornos navideños, pero él estaba en el jardín pensando en la poca ilusión que le hacía celebrar las fiestas.

Estaba anocheciendo y en un momento el cielo se iluminó por completo. El niño vio la silueta de un hombrecillo que le miró fijamente y le dijo que no debía perder la ilusión, ni por la Navidad ni por nada. El niño estuvo pensativo unos instantes y entró con sus compañeros.

Supo enseguida lo que el hombrecillo quiso decirle y jamás volvió a dudar sobre la ilusión que debía tener sobre las cosas, ya que aunque a veces algo salga mal jamás debemos perder la ilusión.

Unai H. 3º B EPO

 

Arriba





Las figuras mágicas

Teresa y Alberto llegaron del colegio muy contentos porque no les habían puesto tarea, y lo que querían esa tarde era montar el belén con su mamá, pero su mamá les dijo que no podía porque tenía mucho trabajo: tenía que coser un montón de pantalones para la tienda en la que trabajaba.

Los dos hermanos se pusieron a montarlo. Les faltaban algunas piezas. Le dijeron a su madre que les acompañara a la tienda, pero ella tenía que seguir trabajando.

Cuando llegaron a la tienda un viejecito con barba blanca les vendió las figuras y les regaló un botecito con unos polvos mágicos. Les dijo que lo echaran por encima de las figuras.

Cuando llegaron a casa su mamá seguía trabajando, ellos terminaron el belén y echaron los polvitos. Todos estaban muy contentos porque les había quedado muy bien. Pero también estaban un poco tristes porque su mamá tenía tanto trabajo que no podía jugar con ellos durante la Navidad.

Cuando todos se fueron a la cama, las figuras del belén cobraron vida y entre todos se pusieron a coser los pantalones que tenía que hacer mamá. Cuando se levantaron y vieron el trabajo hecho dieron saltos de alegría porque así su mamá podía jugar con ellos toda la Navidad.

Marcos A. 3º B EPO

 

Arriba

 



El Niño Jesús en Ikea


El 25 de diciembre nació Jesús.

Esa noche durmió fatal y María y José se preocuparon. Al día siguiente no estaba y sus padres se lo contaron a todo el pueblo, menos a Herodes.

Estuvieron buscando por todo el pueblo.

- ¡Qué no se lo lleve Herodes! - dijo María.

María se fue al pesebre y pensó la mala noche que había pasado.

- ¡La cuna!, es muy pequeña. Y María se fue a buscar a Jesús por todos los supermercados.

María al no encontrarle pidió ayuda a todo el mundo: familiares, amigos, carpinteros, pastores, carniceros...

La noticia se corrió por todos los sitios, pero con cuidado de no contárselo a Herodes.

Un pastor se acordó de que vio a un niño caminando hacia un supermercado nuevo que habían abierto y avisó a todos. Rápidamente fueron hacia el centro comercial donde había muchas tiendas. Sorprendidos ante tanta tienda se imaginaron que estaba en la gran tienda de Ikea.

Entraron en la tienda y vieron a Jesús durmiendo tranquilamente en una bonita cuna.

Justamente esa cuna la había hecho su padre José para esa tienda.

Eduardo N. 3º B EPO

 

Arriba

 


Las mejores navidades

Había una vez un duende que no creía en la Navidad. Se llamaba Gruñon. A Gruñón le parecía que en Navidad se tenía que gastar mucho dinero, hacer fiestas, comer mucho... Sin importarle cómo estaban su familia y sus amigos.

Un buen día paseando por el bosque el duende se encontró con un niño que estaba recogiendo piñas, ramas, setas y musgo. Después de un rato Gruñón se acercó a él y le preguntó:

- ¿Qué haces? - refunfuñó Gruñón.

- Estoy recogiendo todas estas cosas para celebrar la Navidad. Con las setas mi mamá hará una rica sopa para cenar, con las piñas y el musgo decoraremos la casa.

- ¡Qué poco! - le dijo Gruñón. Yo tengo muchas más cosas y mi casa está mucho más bonita que la tuya.

- Me alegro por tí - dijo Carlos (así se llamaba el niño). En mi casa estamos muy contentos porque celebramos que ha nacido Jesús y cantamos villancicos todos juntos.

- ¿Te vienes con nosotros?...

Gruñón tardó un poco en decidirse, al final se fue con Carlos y su familia y el duende pasó la mejor Navidad del mundo.

Nicolás B. 3º B EPO

 


Arriba

 

 

Cuentos de Navidad, 2013
Volver a  NAVIDAD