Elena
apareció en un bosque, un bosque singular, tenía algo que
le diferenciaba de otros bosques, quizás las bonitas flores de
margaritas, amapolas, violetas, campanillas, lilas y rosas; o tal vez
los bonitos fresnos, alcornoques y alisos, a la orilla de un río
con peces; o los robles, castaños, hayas y pinos de las montañas
en la lejanía; o quizás que un lobo estaba comiendo flores. |
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De repente se oyó un: ¡gluurp! Elena se asustó, pero comprendió que era la tripa del lobo. Elena
preguntó al lobo: |
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